Thank you for the good times
El sábado pasado estaba en el aeropuerto de Barcelona haciendo tiempo hasta la hora de mi vuelo releyendo la revista Mojo. La portada de este mes está dedicada a Oasis, con una entrevista por su nuevo disco, una reseña favorable (4*/5) y un especial repasando la importancia del Morning Glory. En Junio de 1995 empezaban su grabación.
Para aquel entonces a mí ya me tenían conquistado. Un día mi hermana mayor llegó con una cinta. Mira, que me lo grabó Rebeca, que a ver si os gusta, dicen en Inglaterra que son como los Beatles…
Lo escuché y pensé, vaya, no se que se parecen tanto a los Beatles… aún así, joder, algo tenía que no pude parar de escucharlo durante mucho mucho tiempo.
Más de diez años después no puedo evitar acabar discutiendo cada vez que alguien saca el recurrente tema de los topicazos: que si son gilipollas, que si no hacen más que plagiar, que si… Digan lo que digan para mí, fueron, son y serán el grupo más importante en mi vida. Sí, si, los Beatles siempre estarán allí y obviamente las distancias son insalvables pero es que durante unos años ellos fueron “mis Beatles”. Sus discos eran la banda sonora de mi adolescencia y sus singles pequeños tesoros que guardaban caras b con grandísimas canciones desperdiciadas sin piedad.
Incluso el hoy vilipendiado Be Here Now en aquella época me parecía el no va más. Canciones de 8 minutos con una producción mastodóntica, qué cojones, no podían fallar, eran Oasis, acababan de tocar Knebworth para 250.000 personas, eran los reyes del mundo y acababan de dejarme los oidos retumbando por primera vez en el Principe Felipe de Zaragoza. Después de la fiesta viene la resaca de Standing on the Shoulder of Giants, la comedida vuelta a la forma de Heathen Chemistry y la confirmación de Don’t believe the Truth.
En esas estábamos, recordando esos discos, aquel video ya rallado del concierto en Maine Road, el último concierto en Barcelona, el tener la oportunidad de conocer en persona a tu ídolo en el Isladencanta cuando levanto la vista de la revista… y coño! No puede ser!
Teléfono en mano, "Cris, estaba leyendo sobre Oasis en la Mojo y creo que acabo de ver pasar a Noel delante de mí…" "Jur, dile algo, sí, es que tocan en Madrid el miércoles!" "Ya, ya, bueno voy a ver si lo veo y le saludo…" Mi vuelo que sale en 20 minutos y yo de groupie por la vida recorriendo el aeropuerto… Destino Madrid, no aquí no está… Destino Londres? aquí tampoco… Momento en el que se enciende la bombilla del fan ilustrado… Ibiza, sí, este capullo se va a su casa de Ibiza. Efectivamente.
Mi habitual parsimonia me impide lanzarme sobre él, decirle todas las cosas que me gustaría agradecerle, así que simplemente me acerco con la revista en la mano, le digo que si conoce al gilipollas de la portada señalando a Liam y se descojona. Sí, sí, me temo que sí, le conozco. Charlamos un rato, de la otra vez en que coincidimos, de sus conciertos y me dice que volverán de gira en Noviembre. Poco después nos despedimos.
Me doy la vuelta, enfilo mi puerta de embarque y pienso… yo soy gilipollas, ni que me encontrara a Noel Gallagher todos los días en la panadería… Pienso en todo lo que me gustaría haberle dicho aunque probablemente no hacía falta, seguramente mi cara lo decía todo por la forma en la que su novia se sonreía al oír mis comentarios y se apiadaba con su mirada de otro pobre fan al que las palabras no le llegaban a la boca para decirle: Fuisteis mis Beatles y eso no se olvida.
Este lunes sale a la venta Don’t believe the truth. Un disco donde Liam canta con la pasión con la que solía hacerlo en sus primeros discos, donde se confirma con un buen compositor (The Meaning of soul, Guess God thinks I'm Abel), donde Noel juguetea con la Velvet y Dylan en Mucky Fingers para regocijo de sus fans y carnaza de sus detractores, con los Kinks en The Importance Of Being Idle, donde reescribe su enésimo Hey Jude con Let there be love. Donde Gem y Andy recuperan el viejo espiritu de Oasis con Turn Up the Sun (impagable comienzo: I carry the madness, wherever I go), A Bell Will Ring o Keep the dream alive donde Andy incluso nos recuerda los tiempos de Ride. Y Zak Starkey a la bateria, (entre otros méritos bateria de los Who e hijo de Ringo) ponen la nota beatlesca al album?... Ni los Rutles tuvieron tanto descaro. :P
Señoras y señores, un gran disco de Oasis. Te lo creas o no.